La muerte de Fidel ha vuelto a desatar cantos y esperanzas al advenimiento
de la democracia y la libertad en la Isla.
Viniendo de los mismos que llaman
dictaduras a las democracias avanzadas fruto de las nuevas constituciones “bolivarianas”
debieran ponerse en cuarentena sus afirmaciones sobre Cuba. No obstante, incluso
entre aquellos que no se tragan sus mentiras sobre estos países, lo de Cuba les
queda claro. ¿Cómo va a ser una democracia un régimen socialista? ¿Cómo hablamos
los comunistas de más democracia en
España mientras apoyamos el régimen cubano?
¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo,
hablando verdad y defiendo lo mismo en Cuba que en Españas: democracia real,
democracia participativa.
El artículo 3º de su Constitución establece que “En la
República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el
poder del Estado. Ese poder es ejercido directamente o por medio de las
Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que de ellas se derivan”. Primera diferencia, esencial, con esto que
tenemos en nuestro país, que llamamos democracia y no lo es: el pueblo puede
ejercer el poder directamente. En España está prohibido el derecho a decidir,
el “soberano” es tomado por soberanamente idiota y no tiene capacidad de
decidir directamente nada relevante.
La elección y obligaciones de los
miembros y obligaciones de las Asambleas del Poder Popular muestran asimismo
diferencias fundamentales con la de nuestros concejales y diputados.
El Partido Comunista de Cuba no
interviene ni formal ni realmente en la propuesta de lxs delegadxs. Son las
asambleas ciudadanas las que proponen con un fuerte protagonismo de las
organizaciones sociales. Las candidaturas elevadas son votadas por sufragio
universal, libre, secreto y directo. El sistema electoral cubano no es ni
multipartidista ni de partido único, es un sistema de poder popular directo. La
revolución cubana decidió (acertadamente) mantener un sistema soviético (en la acepción
más radical y genuina del término) y no convertir las asambleas populares en
parlamentos ni al partido en el agente único electoral.
Asimismo es mandato constitucional
(y realidad permanente) tanto la obligación de lxs electxs de rendir cuentas en
Asamblea a los electores como la capacidad de dichas asambleas de revocarlos.
En resumen, la democracia cubana
desarrolla desde hace tiempo cuatro principios que el poder real y sus
politiqueros títeres en España y Europa tratan de evitar a pesar de que han
pasado a ser reclamados ya por la mayoría social: el derecho a decidir
(democracia directa), la iniciativa ciudadana en la conformación de
candidaturas, la rendición de cuentas y los revocatorios.
Esos que hablan de “llevar la
democracia y la libertad” a Cuba ¿hablan de profundizar estos ejes centrales de
la democracia real?. No, claro que no, lo que hablan es de su eliminación y
sustitución por el vetusto modelo europeo representativo, indirecto, que niega
al soberano toda la soberanía, un sistema de peleles del poder real. Y toda
esta involución democrática apoyada por eso que llaman libertad de prensa, a
saber que el capital sea dueño de los medios de comunicación. No hay libertad
de prensa alguna en el capitalismo porque si el único dueño posible es el
capital el estrecho margen de pluralidad serán las diferencias entre sectores del
mismo acerca de la mejor forma de explotar a la clase trabajadora.
Los que nos interesamos por el
avance de la democracia real en Cuba sabemos que el sistema es perfectible y
apoyamos los procesos, en marcha, de implementación programas participados de
desarrollo local, las experiencias piloto de presupuestos participativos como
la que se desarrolla en la Habana Vieja a través de la Oficina del Historiador- Esta regeneración y mejora de la democracia en
Cuba es la que temen nuestros gobernantes. Cada vez les va a ser más difícil seguir engañado a la
ciudadanía porque esta, desde el 15M, está pidiendo (sin saberlo, la más de las
veces) la superación de nuestras obsoletas constituciones y la puesta en marcha
de mecanismso de democracia real y participativa, muchos de los cuales ya
existen en Cuba.
La Cuba que nos deja Fidel no es
solo el entrañable recuerdo de aquellos años de revolución y antimperialismo,
es una realidad palpable de equidad, justicia, internacionalismo solidario y
DEMOCRACIA POPULAR. Es un ejemplo de que otro mundo es posible, incluso en una
pequeña isla a 150 kms de la bestia, bloqueada económicamente y dependiente
energéticamente.
#CubaVa
#HastaSiempreComandante